Peino mis cabellos con pulcritud,
ordenadamente
tomo entre mis manos las cerezas.
.
.
Mi trenza es una soga es un hilillo
que se extiende,
que se extiende,
mi trenza, pálida y hostil sobre mi pecho.
.
.
Tú me dabas las cerezas de tu boca.
Tú me alimentabas como al animal,
decías bebe y yo
bebía
yo comía de esta carne perniciosa
de esta piel que es un sudario
sobre el cuerpo.
.
.
Ahora,
un cabello me cercena la garganta.
No vayas a confundir tus cabellos enredados con la sombra de las ramas de los árboles, puede ser un caos.
ResponderEliminar:D Cuánto tiempo, Dara Scully, recuerdo que te seguía y nos escribíamos de vez en cuando. Qué buena noticia, poder leerte otra vez.
(voy a perderme por tus bosques, te sigo)
Increíble.
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